lunes, 5 de abril de 2010

vIdas dEsmanteladas

desmantelar.

(Del lat. dis, des-, y mantellum, velo, mantel).

1. tr. Echar por tierra y arruinar los muros y fortificaciones de una plaza.

2. tr. Clausurar o demoler un edificio u otro tipo de construcción con el fin de interrumpir o impedir una actividad.

3. tr. desarticular (‖ desorganizar la autoridad una conspiración).

4. tr. Desamparar, abandonar o desabrigar una casa.

5. tr. Mar. desarbolar.

6. tr. Mar. Desarmar y desaparejar una embarcación.

Fuente. Diccionario de la Real Academia Española.

Leo mucho últimamente sobre este tipo de vidas. Vidas desmanteladas. Generalmente nos encontramos con vidas destrozadas, vidas arruinadas, vidas cambiadas para siempre, pero lo que yo veo no encaja exactamente dentro del perfil, y además, para ser sinceros, el titulo no podía ser "vidas destrozadas" porque eso ya está muy visto.

Hablo de la niña de 15 años que se queda embarazada prematuramente, sin haberlo pedido, aunque tampoco tuvo el acierto, o el conocimiento, como para evitarlo, y que ahora trata de compaginar el insti con la lactancia. Hablo de la mujer que luchó toda su vida junto con su marido para montar un negocio, y a la edad de jubilarse se ve obligada a vender su casa corriendo, antes de que se la embarguen, e irse a vivir en un piso alquilado, en el que sus muebles de caoba, por los que no le dan un duro, no pegan ni con cola...o no caben. Hablo de la persona que entregó toda su vida a su pareja y de pronto, traicionada, se ve sola, abandonada, tirada en la calle, sin un duro y muchas deudas, y debiendo dinero eternamente a quien fue el amor de su vida. Hablo de la hija que contempló impotente la lenta agonía de su madre, y que desde entonces sufre en silencio su falta de suerte, y ve como todo le sale mal.

Y cuando la vida te sacude un sartenazo de estos, al principio no te quieres creer que eso pueda sucederte. Luego lo asumes, y poco a poco te vas dando cuenta de lo que has perdido, y lo que es peor, lo que aún te queda por perder. Y entonces ves como el fin de todas tus ilusiones es desmoronarse. Pero para mayor humillación, no las verás desmoronarse cruzado de brazos. Eres tú quien tendrá que irse rindiendo cada día un poquito, y entregando a regañadientes ese trocito de tierra por el que luchaste a ver si lo podías salvar. Al final no te queda otra que ir desmantelando poco a poco el kiosco, hasta que no quede nada.

3 comentarios:

  1. Bueno, yo creo que mientras deconstruyes unas cosas, vas creando otras (como el famoso principio ese que nos enseñaron en el cole de "la energia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma". Es como una gran caja de lego: deshaces pieza a pieza una de las cosas que has hecho, para construir otra, que puede parecerse en mucho o en nada. Lo importante es que lo que construyas nuevamente te mole a ti. Y sino, a rehacer las piezas...

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  2. Exacto, Glaukilla tiene toda la razón.

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  3. Conozco a varias personas cuya historia encajaría en tu post. Qué lástima. Con lo difícil que es reconstruirse después...

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