Sabes que es cierto. A ver, entiéndeme, es mi punto de vista, desde luego. Reconócelo, no obstante, de una puñetera vez, eres buena, muy buena. Aunque yo nunca haya querido promocionarte, apoyarte, darte publicidad, como tú misma me pediste, para estar segura de que todo era mérito exclusivamente tuyo.
Pues ahí lo tienes, justo lo que tú buscabas, pocos pero bien avenidos no? Rendidos a tus pies, porque pones un alma y una belleza plástica en todo lo que haces que se sale de lo común. A estas alturas ya no me lo puedo callar más y necesito decírtelo. Desde el primero hasta el último, tus posts son un compendio de todo lo bueno que una imaginación desbordante puede dar. Obras maestras de las letras concentradas en un pequeño espacio cibernético, que mucha gente te dice ya que deberían estar impresas en papel y distribuidas por todas las librerías del país. Solo que tú las prefieres escondidas en ese rinconcito íntimo en el que te refugias, y a mí me parece bien.
Faltó poco en varias ocasiones para que desaparecieras sin dejar rastro, pero afortunadamente eso no llegó a ocurrir. Eso no deja de ser una buena noticia, aunque aun a veces temo que puedan volver los malos tiempos para ti. Recuerda por favor, que en ese caso, yo estaré pegado al teléfono las 24 horas del día, para que tú me llames, me despiertes todas las veces que haga falta, llorando, riendo o gritando, me da igual. No te das cuenta de que sería yo el que estaría perdido sin ti? Abriste todos los caminos por los que yo transito ahora disfrutando del viento que golpea mi cara a través de la ventanilla del coche mientras conduzco por hermosos paisajes soleados. Necesito que sigas ahí, analizándolo todo, reflejándolo todo con tu espejo, diciendome que tu mundo es más bonito cuando yo lo coloreo con mis rotuladores de colores. Diciéndome que me necesitas... Estoy a merced de una nave que tú pilotas y a veces tengo miedo de que lleves a la zozobra. Zozobra que me llena de miedo, y yo, ya sabes tú, que no quiero más miedo.
