Chopin -
Desde niño llevo un piano metido en la cabeza... No sé si lo amo o lo aborrezco. Podría decir que envidio a mis dos hermanas, que aprendieron y sacaron todos los cursos de conservatorio, solfeo, piano, armonía... podría decir que las envidio porque tuvieron la oportunidad que yo no, pero sería mentira. Sí que la tuve y la desperdicié, como un gilipollas. El caso es que no se acercan a un piano ni queriendo.
Escucho cosas como esta, y me inundan recuerdos de infancia, piano, piano, más piano!! Mis hermanas practicando, Chopin, Tchaikovsky, Rachmaninov... la discoteca de mi padre era tan extensa... Desde niños fuimos sistemáticamente torturados con música clásica en el coche. No sé vosotros 4, pero yo adoraba esa tortura. Sinceramente no sé si la adoraba, pero al menos me ha terminado gustando. Ahora le pregunto al desmemoriado ser que puebla una de las soleadas habitaciones de casa de Mamá por obras concretas, y no sabe decirme cuáles son. Supongo que básicamente porque a veces ya no acierta ni a abrocharse los botones de la camisa...
El caso es que envidio la capacidad de todos aquellos que pueden desplegar sus manos sobre un teclado y hacer hablar a su alma de ese modo tan especial. Por eso busco incesantemente esas obras. Por eso entre otras muchas cosas adoro la película Betty Blue, y a María José Hernández. Por eso llevo más de 5 años pidiéndole a Alba que nunca deje de tocar el piano. Por eso aprendí yo sólo a tocar la guitarra, y por eso escribo hoy aquí esta estupidez.