Me acuerdo de que aquel día decidí tener fe por encima de todas las cosas, hacer un último intento, aunque todo pintaba bastante negro, la verdad...
Estaba pensando en proponerte que nos fuéramos tú y yo solos, a ese rinconcito del parque, olvidarnos de todo, perdonárnoslo todo, y volver a ser romántico contigo, como siempre lo éramos al principio, y que aprendiéramos de nuestros errores, y volviéramos a empezar desde el principio.
...pero no sirvió de nada.
A lo mejor sirvió para algo, aunque no sirviera para el objetivo que tú tenías.
ResponderEliminarIgual sirvió para todo lo contrario; que entendieras que no podía ser.
Ay, compañero, compañero de viaje.
ResponderEliminarOpino igual que charlota. Nada es gratuito ni para nada. Incluso la no acción genera. Mucho más la no comunicación.
ResponderEliminarTal vez tu afán de querer arreglar hizo que se deshaciera más rápido, para tu suerte, supongo.
No sé qué comentar pero te diré que me has hecho pensar y releerte más de una vez.
ResponderEliminarEstoy con el Perro, no lo dudes: seguramente fue para bien.
ResponderEliminarA veces no importa el esfuerzo que uno ponga por salvar las cosas. El problema reside en otro sitio y la incognita no nos favorece.
ResponderEliminarPor lo menos pusiste de tu parte y eso deberia dejarte algo satisfecho.
Un saludo.
Coño! se me ha colado un virus en el blog!
ResponderEliminarComo dirian los quijano "si no te quiere, no te quiere". Que no tiene nada que ver con que merezcas o no ser querido. Y puedes poner todo lo que quieras de tu parte que la otra idem toma sus propias decisiones. El hecho de haber luchado por lo que querias es lo que te debe de servir.
ResponderEliminary SEGURO que saliste ganando, no lo dudes (no está hecha la miel para la boca del cerdo, asno o burro);)