sábado, 28 de agosto de 2010

aNecdotario I - cAndela

Buenos dí... tardes!!!

Hoy voy a inaugurar una nueva sección de anécdotas. Estaba en la cocina y no sé por qué me ha venido esta a la mente, de mi... de mi pubertad, vamos, porque eso no era ni juventud aún. El affaire de Candela.

Candela era una chica de mi clase en el instituto. Tendría que hacer memoria para recordar en que situación exacta conocí a esa especie de pippi calzaslargas esbelta y desgarbada, graciosa, simpática, arrogante y descarada, de la que me enamoré como un idiota nada más verla (Sí, Candela, sí, estaba coladísimo por ti)

Candela y yo paseábamos y hablábamos. Como yo era el raro de la clase, hicimos buenas migas enseguida, y a nadie le llamaba la atención que me las entendiera con esta amazona de 15 años. Candela tenía el pelo muy largo y rizado, mucho desparpajo, y unos ojos preciosos y felinos. Su voz era aguda, y no era la típica niñata pija al uso, sino todo lo contrario: huía de las modas, de los convencionalismos, vamos, en pocas palabras, que iba a su puto aire, le importase a quien le importase. A ella le daba igual.

Ya sabéis que cuando se tienen 15 años, lo último que tienes que hacer cuando te gusta una persona es decírselo!!! (Y cuando se es mayor, parece que en la mayoría de los casos, también). Irónicamente, te pasas el tiempo esperando a que esa persona te dé una señal. Vamos a ver, cómo coño te va a dar una señal, si la norma es no delatarse! Y menos una chica!! Así que lo primero medianamente alusivo que Candela dijo a nuestra relación fue: "somos amigos"

A mí aquello de amigos me sentó como un tiro, y lo interpreté automáticamente como un "tú y yo jamás..." Así que me achanté, y decidí olvidarme de ella. Poco tiempo después ella estaba saliendo con otro chico, un tío estupendo, la verdad, lo que acrecentó mi decepción y me ayudó a olvidar. Igual salió con él porque yo repentinamente había pasado de ella, quién sabe. Qué compleja es la mente adolescente!

Lo que ocurrió, y aquí llega la anécdota, fue que un buen día Candela decidió invitarme a merendar en su casa. Acepté sin problemas, puesto que ella era una buena chica, y era mi amiga. Así que una buena tarde, allí estábamos los dos, en su habitación. Solos.

Había una cama típica de dormitorio de chica, de 90 cm. Un escritorio y una estantería con libros, que yo recuerde. Una papelera, y unas cuantas bragas tiradas por el suelo.

(esperad, que los sudores frios acuden a mi frente cuando llego a este punto. Voy por un kleenex)

En un momento dado Candela me dijo: oye, tú te enrollarías conmigo?

Entre todas las palabras dedicadas a este tema en el diccionario, me quedo con una que vi hace poco en un blog amigo: Estupefacto. El caso es que a mis 15, yo pensaba que lo que no era a la primera, ya nunca más sería. Y además aquello sonaba a sexo por el sexo, sin mas!!! Ahora, a mis 40, me hubiera bajado directamente los pantalones, pero... en fin, mi respuesta fue NO.

Lejos de amedrentarse, Candela atacó duro: Por qué no?

Ay ay... yo estaba aterrado.

Es que te dan asco mis labios? Te da asco mi lengua?

Hay una profunda y oscura nebulosa tapando este fotograma. No consigo recordar que coño le debí de contestar a eso, aparte de: No, no es eso...

Entonces Candela se dio la vuelta y me dijo: Te voy a enseñar el culo!!

DIOSSSSSSSSSS!!!, me eché las manos a la cabeza, mientras ella se bajaba de un tirón el pantalón de chandal.

Cuando mis pulsaciones rondaban las 200, comprobé con alivio que debajo llevaba el pantalon corto de deporte, y mientras se partía de risa me decía: me he quedado contigo!! has picado!! Anda, vamos a la cocina que mi hermana está terminado de preparar los churros (Qué salida más astuta, las mujeres son un pozo sin fondo de sabiduría)

------------

EPÍLOGO:

Quéeee rayajo??? qué tal la merienda en casa de Candela??? cuéntanos?

Callad callad!! qué mal rato. Candela ha intentado violarme!!!

Con cariño para Candela. Si lees esto, creo que prefiero que me trague la tierra, pero espero que lo leas con una sonrisa, y sepas, que hace 25 años, yo te amaba en silencio.

19 comentarios:

  1. Bonita anécdota, conoces el paradero actual de Candela?

    ResponderEliminar
  2. jijiji... y si te llegas a tirar encima?¿ te hubiera dao un bofeton o se hubiera quitao el pantalon de deporte?¿' jajaja. Un beso!

    ResponderEliminar
  3. jajajajajajajajajajajajaja Candela es demasiada leña al fuego...

    me imagino como tragabas saliva mientras repetias: dios o superman (cualquiera de los dos que sea mas probable) SALVAMEEEE!!

    ResponderEliminar
  4. Bonita historia... me gustan esas historias que tienen algo , y además amores en silencio.

    ResponderEliminar
  5. ajjaajjaajjaja

    si es que a algunas nacen con las luces hasta en el nombre...

    ResponderEliminar
  6. Desconozco su paradero, y tampoco la voy a buscar. Si me pusiera a buscar a toda la gente de la que me acuerdo... Supongo que todos han terminado lejos de mí por algún motivo.

    ResponderEliminar
  7. Sirena: te prometo que no me consigo imaginar lo que hubiera pasado. Tirarme encima yo, no, puesto que tuve la ocasión y no lo hice, pero si ella se hubiera bajado el pantalón corto, pues no sé... Habría dependido de su iniciativa, porque yo sólo pensaba en huir!! Mejor lo dejamos como está, que fue muy bonito.

    ResponderEliminar
  8. Aloha: (Gracias por seguir honrando mi humilde blog con tu presencia) El nombre es falso. Cuando hablo sobre personas reales, les cambio el nombre para preservar su intimidad. Sólo unos pocos íntimos amigos, que ya conocían la anécdota previamente, podrían reconocer a Candela.

    ResponderEliminar
  9. Rom: Gracias. Pero era amor entonces, ahora no. Si siguiera enamorado de todas al cabo de los años, mi corazón no podría soportar semejante overbooking.

    ResponderEliminar
  10. En cuestiones de amor...el corazón lo soporta TODO.

    ResponderEliminar
  11. No te creas Rom, has leído Valderribas 35?

    ResponderEliminar
  12. Detallista....!!!! hasta el nombre acorde al relato xiquiyo =D

    ResponderEliminar
  13. Una simple casualidad, Aloha... Los nombres en mis relatos siguen una regla bastante simple: que sean falsos, pero que suenen parecido al real

    ResponderEliminar
  14. ...pero es cierto que me gusta cuidar los detalles

    ResponderEliminar
  15. Una cosa es tener la historia en la memoria y otra muy diferente es plasmarla. Te tengo que decir que la has sintetizado de maravilla. Tienes un mérito enorme.

    ResponderEliminar
  16. Bonita historia. Muy propia de unos quinceañeros, las chicas más lanzadas que los chicos, pero casi siempre de farol!

    ResponderEliminar
  17. Ono, yo creo que tienes razón. Muy faroleras. Probablemente disfrutaban del morbo de verte agobiado, y de "bordear" la situación

    ResponderEliminar
  18. Bueno María, no será pa tanto. Aunque ahora que lo recuerdo, una vez en el instituto, tenía un examen. Todos se levantaban al terminar y entregaban 10 folios, y yo estaba agobiado, porque desarrollaba el tema y con un folio por una cara tenía de sobra. Al final, me fui acojonado para el profesor y le dije: yo estoy asustado porque veo esos tochos, pero yo, lo que tengo es esto. Y él me contestó: eso es capacidad de síntesis, no te preocupes, ellos cueltan un tremendo rollo para intentar disfrazar que no tienen ni idea, Probablemente el tuyo esté mejor.

    Fui la mejor nota de la clase.

    ResponderEliminar