viernes, 13 de agosto de 2010

aLhambra eSpacial

Estoy sentado en mi Salón, revisando las latas de cerveza que me bebí anoche, tres, a ver si se llaman Alhambra espacial, en vez de especial, porque después de bebérmelas, esta noche he tenido un sueño de lo más especial, o mejor dicho, de lo más espacial.

Tardé en darme cuenta de que en realidad estaba en otro planeta, porque la gente era la misma, aunque eso sí, menos alegre. Ahí estaba mi vecino de arriba, que seguía siendo mi vecino de arriba, pero no era el mismo. Y mira que era cordial, y me invitó a subir a su casa, pero la conversación era nula, como hablar con la pared de enfrente, Hablabas de cosas, pero en realidad no habías hablado de nada. Y tenía una mirada ausente...

Decidimos irnos a la playa, eso sí, en plena noche. Yo ya me empezaba a preguntar si bañarse en esas aguas no sería nocivo, pero tampoco parecía importarme mucho porque de hecho lo hacía. La marea subía y bajaba en custión de segundos, así que allí había plantada una sombrilla con sus dos hamacas, cubierta hasta las varillas de agua. Curioso, porque ya recuerdo que era de noche. Ahora, a toro pasado, pienso que quizá sería para evitar las quemaduras de un luna tan potente como para provocar semejantes mareas... no sé...

allí estaba mi vecino, con esa mirada ausente... todos se bañaban, pero no parecía hacerles ninguna ilusión, no parecía que se divirtieran. Su ademán era afable, pero ausente...

Más adelante fui conociendo más cosas. Tuve una compañía que me fue explicando quienes eran, y además me expidieron un carnet de alienígena que debía mostrar siempre que me fuera requerido por los agentes de la autoridad, uniformados, educados, muy correctos y cordiales (no es ironía) saludaban y te decían, sonrientes (estos sí sonreían, ahora que lo pienso) Buenos días, simple rutina, ya sabe, si no le importa mostrarme su carnet de alienígena, compruebo sus datos en un segundo y puede usted proseguir. El agente comprobaba los datos y seguías tan tranquilo.

Esta suerte de amable cicerone que me tocó, solìa acompañarnos a mí y a mis hijos, y me explicaba que al parecer debíamos de ser especies prácticamente iguales. Ellos, al contrario que los terrícolas, que curiosamente llevamos siglos pensando en la posible existencia de otras civilizaciones, no se sorprenden en absoluto, ni lo ven como algo extraordinario: Es muy normal concebir la posibilidad de que haya seres parecidos a nosotros, puesto que los mismios procesos que generaron la creación de nuestro planeta, pueden haber generado millones de ellos similares por todo el universo. Otra cosa es que nos pillen más o menos cerca. Este ser hablaba extraordinariamente bien. Por cierto. Me acabo de percatar de que hablaban en español!?!

En un momento dado, uno de los críos iba a cruzar la calle, y yo, alarmado, le cogí del brazo para impedir que fuese atropellado. Mi guía quedó algo desconcertado cuando le dije que trataba de evitar que le atropellasen. Me dijo: si alguno de los nuestros muere, fabricamos otro y ya está... bueno, eso si es necesario, si nos sobra, pues ni eso. Ante mi mirada de asombro prosiguió: bueno, es que ya hemos podido comprobar que vosotros hacéis uso de algo llamado afecto, cosa de la que nosotros carecemos por completo. Si alguien se muere, pues lo enterramos. Pero no le echamos de menos. Qué tontería. Eso es muy poco práctico. Nosotros somos cordiales, pero no tenemos eso que vosotros llamáis sentimientos...

...así, irremediablemente, me he levantado pensativo, ha sido uno de esos sueños que te dejan "tocado" y, a riesgo de invadir el territorio del "almacén de sueños" he decidido que necesitaba contarlo.

2 comentarios:

  1. ay, ay, ay.. cuantas Alhambras espacial caerian!! jaja, y eso que no eran 1925!! . Esto de los sueños delirantes se pega?¿? Es pa irme preparando, jaja. Un beso!

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  2. tremenda ida de olla de sueño, eh?

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