lunes, 10 de mayo de 2010

eL sÍndrome dE fInton

Y por lo tanto, Finton decidió dedicar toda la semana a construir un bello castillo de arena en aquel lugar tan bonito y fresco, a la orilla del mar. Pero como era consciente de que las olas podían atacarlo despiadadamente, se entretuvo, usando de todas las artes y herramientas a su alcance, en construir delante toda una proeza de la ingeniería entre barreras, muros, túneles y fosos ramificados que desviaran todo ese ímpetu del mar lejos de su preciado castillo, de su fortaleza, de su refugio de tranquilidad y serenidad...

Luego llegó la primera ola y FLASH!

Joder...

10 comentarios:

  1. Quizá se puso demasiado cerca de la orilla y deberá construirlo más adentro de la tierra.

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  2. Eso nos pasaba siempre en el mar Cantábrico, no importa donde hicieses los castillos siempre subía el mar y te los tumbaba.

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  3. no se puede luchar contra lo inevitable, aunque es un deber moral intentarlo.


    qué hijadeputa la ola.


    abrazos

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  4. Qué triste, cuando el castillo se derrite por la ola. Aunque es verdad lo que dice silvu; hay que hacerlos más adentro. Alguna vez he visto Concursos profesionales, y los ponen tan adentro, que están ya en la calle, casi. La vida es así, te 'construyes' a veces una 'ilusión' y en dos segundos, desaparece. Pero bueno, volveremos a levantar otro castillo.

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  5. Eso digo yo Glau...

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  6. Se está mejor en la sombra del chiringuito... y dejamos los castillos para otros...

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  7. Bueno, pues tendrá que empezar a construir otro.
    Y ésta vez, que haga caso de la gente y se retire un poco.

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  8. ¡Qué cabronazo eres! :-) ¿Quieres dejar ya al pobre Flinton, que no paras de darle candela?

    M

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