500 mEtros

Me lo habían dicho tantas veces... me lo dijo la sirena. Me lo dijo mi fisioterapeuta, pero yo lo iba dejando, dejannndoooo, dejannnnnndooooooooo oooooooooo ooooooooooo..........

Pero ha querido la casualidad, o el destino, que hoy por fin se obre el milagro. Estaba yo tan rícamente cortándome el pelo, cuando se me ha abierto la boca como las fauces de un león, y al decir... ahhhh que sueño! en cuanto salga de aquí, me voy a ir a mi casa, cenar ligero y a la cama.

El peluquero me ha respondido: Pues sabes lo que voy a hacer yo? Voy a recoger esto y luego voy a coger el coche e irme a la piscina de Atarfe, a nadar 1000 metros. Y luego sigo tu plan: cena ligera y cama.

Eh! Anda que no me han dicho veces que me vendría muy bien la natación para mi espalda, y para mantenerme un pco en forma. Tengo que ir algún día, respondo yo.

No eres capaz de venirte ahora?

Ahora, ahora?

Sí! Por qué no? Vete a casa, busca tu bañador... si necesitas un gorro yo te presto uno. Y en media hora te recojo en la puerta de tu casa.

Pues... Venga vale!!

Y para allá que hemos tirado los dos. Mi peluquero nadador, que, cosas curiosas de la vida, se llama Delfín, me ha enseñado cómo manejarme en el recinto, y las cosas necesarias.

A pesar de que se lo he dicho 4 ó 5 veces, creo que no tendrá una idea clara de cuánto le agradezco lo que ha hecho por mí. Es de estos tipos que te recomiendan desinteresadamente cosas que te pueden ser útiles o beneficiosas, y se empeñan en animarte (sin atosigarte) a que las lleves a cabo. Me recuerda a mí.

En fin, el resultado, 500 metrillos nadados en una hora. Algunas partes de mi cuerpo que no recordaba tener, ahora me duelen por efecto de las agujetas, o empiezan a moverse tras años de inmovilidad. Que he dormido como un niño chico, como hacía años que no dormía. Y que me siento cojonudo. Y que por supuesto, repetiré. No, no repetiré: estoy firmemente decidido a convertirlo en un hábito a partir de ahora.

Qué de puta madre!!!!