martes, 24 de noviembre de 2009

pEsadillas

Shhh. ¡eh! Finton, ¡despierta! ¿Oyes ese ruido?

Qué... ¿qué ruido?

Escucha atentamente... ¿lo oyes?

Sí, como... como un zumbido lejano, ¿no?

exacto, eso es, ¿lo oyes Finton?

Sí... bueno, es el frigorífico, ¿no?

No, Finton.

Entonces ¿qué es?

Es el zumbido de la maquinaria, Finton, los engranajes de tu propia mentira, que no te dejan dormir. ¿Por qué no les cuentas la verdad, Finton?

¡¡¡¡JODER!!!! Finton Candela se incorpora súbitamente en la cama gritando, empapado en sudor. Pfff, ya he vuelto a soñar. Hay que ver qué sueños más raros, leche.

Mientras se queda incorporado en la cama, Finton piensa en silencio. Se pregunta qué querrán decir esos sueños tan raros, de eso que tiene uno al año, pero que le hacen despertar sobresaltado. Luego se vuelve a tumbar y en cuestión de 5 segundos se queda profundamente dormido

domingo, 22 de noviembre de 2009

fInton

Finton Candela está de pie junto al quicio de la puerta de la habitación, mirando hacia esta, justo debajo del marco, vamos, tan justamente debajo que si la puerta fuera una guillotina y cayera la cuchilla, ésta cortaría a Finton justo por la mitad.

Finton mira al estropicio que se extiende ante sus ojos: La estantería que tanto tiempo invirtió en montar, y que poco a poco fue rellenando de recuerdos, objetos personales y decorativos que había ido recolectando en sus viajes, ha cedido y se ha venido al suelo con un estruendo difícil de describir con onomatopeyas escritas con simples palabras, y que lo sacó bruscamente del ensimismamiento al que se había sometido sentado en la mesa de su cocina con una taza de café con leche entre las manos. ¿Qué es lo que ha fallado? ¿los anclajes? ¿la pared? ¿estaba acaso mal construida la estantería?

Parado allí, bajo el marco de la puerta, contempla todos los restos esparcidos de lo que fueron su estantería y sus recuerdos, y tras largo rato contemplando, suspira y, resignado, musita: mierda...

aLgo mÁs


Qué tonto





no me di cuenta





que no hace falta estar solo






olos esritnes arap

Lo siento, por la parte que me toca

martes, 10 de noviembre de 2009

eL eXtranjero

Finton Candela es extranjero. Nadie sabe a ciencia cierta de qué país, pero lo que si tienen todos claro es que es extranjero. Vamos, con semejante nombre ha de serlo. El hecho de que sea extranjero no es obstáculo para que todos en el barrio ya le hayan aceptado. Curioso, ¿eh? que tengan que aceptarte porque eres extranjero. Y el caso es que aunque él nunca lo haya pedido, el vecindario lo ha hecho, y ya es uno más.

Y aquí me quedé el día 10, y no se me ocurre más que escribir, por el momento, sobre las aventuras y desventuras de Finton Candela, pero como me raya mucho ver siempre el mismo titular en mi blog, ahí va.

domingo, 25 de octubre de 2009

eSo dIgo yO: y qUé tÍtulo lE pOngo a eSto?

Como decía el poeta... ¿o fue el cantante?

Bueno, es igual, lo importante es lo que dijo, no quién era. Pues, como decía el poeta...

hm, ¿y qué es lo que decía el poeta? Me he sentado aquí para escribir algo pero no consigo acordarme de lo que era.

¿Alguien sabe dónde venden los rabillos de pasas?

Joder...

domingo, 11 de octubre de 2009

lOs rEyes dE lA cReación

Pero cómo podemos ser tan viles, tan rastreros, tan asquerosos, tan hijos de puta, tan bestias, tan salvajes, tan asesinos, tan despiadados, tan mierdas.

Yo no sé en qué estaba pensando Dios cuando decidió que íbamos a ser los reyes de la creación...


sábado, 10 de octubre de 2009

vAcaciones


Me voy a dar unas vacaciones. Sí señor. Ya toca.

Vacaciones de malos rollos, de esperas, de estar a expensas de nada ni de nadie. Vacaciones de todos aquellos de los que esperaba algo, que os habéis comprometido a algo, y luego habéis pasado del tema. Vacaciones de los que me queréis quitar lo que es mío, especialmente mi paz y mi tranquilidad, mi equilibrio. Vacaciones de todos aquellos que pasáis de mí, aunque hacéis como que no. Vacaciones de los que no me cogéis el teléfono cuando os llamo, de los que rechazáis mis propuestas, de los que las aceptáis para luego rajaros un rato antes, y especialmente de los que ni siquiera os molestáis en darme un toque para decirme que no vais a venir. Vacaciones de los que os habéis querido aprovechar de mí de un modo insano, e indecente.

Ahora es mi turno de ir a mi puñetera bola. No me llaméis más. Vuestra ausencia ha traído aparejado mi hartazgo, hartazgo de todo y de todos. No tengo ganas de nada ni de nadie. La diferencia entre esperar llamadas y no recibirlas, y no esperarlas, es abismal. y me quedo con la opción 2.

Me voy de vacaciones, pues.

Esto puede ser ficción o realidad, pero lo voy a dejar ahí, en suspenso: ¿Tú qué opinas?