Quería ilustrar a Rombo con un ejemplo de un debate musical que nos traemos entre manos. Nos debatimos entre geniales músicos con una calidad técnica estratosférica, capaces de hacer aunténticos milagros musicales que nadie apreciará a nivel comercial, y un buen puñado de mediocres que con 3 acordes birriosos son capaces de sacar a la luz los mayores éxitos del cartel, rompedores de las listas y acreedores de montones de premios y de discos de materiales desconocidos en este sistema solar, a cuenta de sus millonarias ventas de copias.
Entre medias creo que quedan una legión de buenos guitarristas que aparte de tener una calidad técnica notable, son capaces de, con unas melodías más o menos complejas, más o menos simples, excitar esa especie de relé que todos llevamos dentro y que nos hace sentir placer cuando la buena música alcanza nuestros tímpanos.
Y para mi gusto, uno de ellos es Jack White (Foto extraida de rocktails.com.ar)
Creo que no es posible hablar de Jack White sin Meg (Foto extraida de morethings.com), el otro 50% de ese invento maravilloso llamado "The White Stripes", una banda de rock-alternativo-garaje-medio grunge que se ha empeñado en hacerme disfrutar de lo lindo con el explosivo potencial de los dos instrumentos que más me han gustado toda la vida: Guitarra y batería.
No los definiría como virtuosos, pero yo disfruto a rabiar cada vez que escucho su increible "Elephant", un disco suficientemente bueno como para ser el más vendido por la discográfica que lo publicó.
Este par de dos tiene una química que no sé definir bien. Será mejor que juzguéis por vosotros mismos, con un par de ejemplillos
I wanna be the boy to warm your mother's heart, y The Hardest Button to Button (Incluyendo el magnífico vídeo que ya ha sido parodiado incluso por los simpson) He pasado de poner las inserciones directas de goear y youtube porque prefería reservar el espacio para sus fotos.
Los seres humanos somos más sencillos de complacer de lo que creemos, y sobre gustos no hay nada escrito
Hummmm, ¿y este pique musical que os traeis? ¿es que os tocais, (o sois como los que hacen sesudos análisis de futbol pero bien sentaicos en el sofa, con las patatillas en una mano y la cervecita en la otra?) ;-) jeje. En fin, a mi la música me gusta o no, me emociona o no, me alegra o no, más allá de no entender ni papa ni ser capaz de análisis técnicos,ni siquiera saber si es "buena" o "mala". Musicalmente hablando soy simple como el principio de la parsimonia.
ResponderEliminarJajajajajjajaj
ResponderEliminarBART
No es baladí el tema que comentas, más allá de los white, que tiene más mérito inventar el haiku o hacer uno bueno, quién más mérito el novelista que se marca 120 páginas sencillas y vende más que nadie, o el que escribe un macarrónico, sesudo e impecable tratado sobre las formales y informales costumbres costumbristas de su tiempo, encerrando en ella toda la morfología, sintaxis y semántica desordenando un diccionario y dándole un sentido.
ResponderEliminarEsto son temas que abordan la filosofía de la estética, que salen en charlas de café de creativos adolescentes y que la gente aplasta cuando se compra un bestseller o el CD de "Gran Hermano". Buscad la definición que alguna vez nombré de Vicente Verdú sobre el arte. Pura verdad que, como todas las verdades, puede doler y mucho.
Odio dream theatre aunque digan que en ese grupo están varios conservatorios reunidos. En cambio, un clapton, un amador, un hendrix o un santana me provocan una erección musical instantánea.
Música efectiva que triunfa....música complicada que no conecta.... Dilemas. Al final, y la realidad, es más o menos lo que dice glaukilla: o buena o mala. O te gusta o no.
ResponderEliminarRayajo: bonito escrito, bonito análisis..
Sigo pensando que el tema va más allá del resumen que ha hecho glaukilla y que rombo suscribe. Si teneis paciencia algún día lo abordamos, os vuelvo a remitir a Vicente VErdu (espero que sea él y no me esté traicionando la memoria). Recordadmelo en un par de semanas y le damos el protagonismo que merece, ya que veo mucho artisteo y filosofeo por aquí como para desaprovecharlo.
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