sábado, 2 de octubre de 2010

aYer sAlvé lA vIda dE...

...de nadie.

Lo que me pasó ayer es digno de contarse. Y luego cada cual ría o llore a su particular discrección.

Caminaba por una concurrida calle de esta ciudad, antaño avenida de 2 carriles por sentido y tráfico denso, hoy convertida en una zanja más parecida a un campo después de la batalla, con carriles alternativos serpenteantes y cientos de vallas con rótulos que advierten de las obras de construcción del metro. Cuando llegó el momento de cruzar, bueno, no sé si habéis atravesado alguna vez una distancia larga cargados de bultos y herramientas hasta los ojos. Lo que más importa en esos momentos es ir lo más rápido posible, sobre todo mantener una velocidad "de crucero" constante, para que la marcha se haga lo menos tediosa posible, y llegar cuanto antes a destino. Así que uno suele cruzar los semáforos en rojo, en rojo para los peatones, se entiende, teniendo cuidado de vigilar que cuando cruzas te da tiempo. Sé que está muy feo, pero es la verdad.

El caso es que me puse a cruzar en rojo, mientras advertía que no muy lejos se acercaba un autobús urbano, pero calculé que apretando un poco el paso, cruzaría sin problemas. Tras unos pasos más ligeros de lo habitual, consideré que había rebasado esa zona de peligro, cuando me di cuenta de que de frente a mí avanazaba una mujer de unos 50 años, a paso decidido, mientras el autobús se acercaba. La valla metálica de las obras tapaba su visibilidad, por lo que empecé a tener la sensación de que la mujer podía interponerse en la trayectoria del autobús. Unas milésimas de segundo después vi que la mujer no tenía intención de parar y que el autobús estaba cada vez más cerca, y empecé a preguntarme si la mujer pararía o no. Cuando la mujer, a la vez que yo entraba en la acera, empezó a rebasar mi posición a paso decidido, alargué el brazo mientras le gritaba: "cuidado!!!" y la sujeté, con gran esfuerzo, con lo que bloqueé su marcha y la obligué a pararse.

Ella me miró con cara de asombro, y señalándome el semáforo me dijo: pero si está verde!

Todos los peatones que nos rodeaban me miraban con cara de: "y este gilipollas qué coño hace?" El conductor del autobús urbano, detenido ya (estaba parando y yo no lo advertí) también miraba como diciendo: ¿qué ocurre?

Solo acerté a decir: Lo siento, perdóneme, creí que la atropellaba, lo he visto venir tan rápido y usted no paraba... Ella sonrió y me dijo: muchas gracias, y continuó su marcha.

Yo continué andando sintiéndome el tipo más ridículo del mundo, y a punto de echarme a llorar. No entiendo por qué, ni entiendo el motivo de esto que me ha pasado. Igual os parece una estupidez, pero a mí me afectó bastante...

7 comentarios:

  1. Ella me miró con cara de asombro, y señalándome el semáforo me dijo: pero si está verde --

    Ey... que muy bien. ¿Y si al chófer se le hubiera ido la pinza? Ea. Que de atropellados pasando en verde, más de uno vive en el cementerio.

    Los reflejos que no se pierdan.

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  2. Hiciste muy bien. Tu pensabas que estaba en rojo y eso es lo que cuenta.
    Pero recuerda que el peatón siempre cruza en verde...
    Qué gracia he ido a ver la película come reza y ama y el final de la película ha sido con la elección de la palabra cruzar . Final feliz que guay!!! Un poco lenta pero la recomendaría. La música genial...

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  3. Yo tambien te hubiera sonreido y agradecido :) y ridiculo, nada! Besos rayajin!

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  4. Sólo con esa sonrisa ya deberías de estar contento...

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  5. Son actos reflejos.
    Es bueno. Instinto de ayudar, de salvar un vida. Eso siempre es bueno, y para nada ridículo.

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  6. La señora te lo agradeció así que ya está. Has hecho lo que debías.

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  7. Ja,ja,ja pobre. Yo también te lo habría agradecido, enormemente.

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